En el Aljarafe sevillano se encuentra esta vivienda unifamiliar pareada, una reforma muy especial, por la relación con los clientes, y por el sentido que tiene la vivienda para sus dueños: el punto de encuentro para sus familiares y amigos.

En un principio, la idea era la de hacer un “lavado de cara” a la vivienda, cambiando sobre todo los revestimientos, que se habían quedado obsoletos, y reformando integralmente los dos baños y la cocina.

Sin embargo, tras varios intercambios de impresiones con los futuros usuarios de la vivienda, estas premisas iniciales fueron evolucionando y el proyecto acabó por estructurarse  alrededor de tres acciones concretas;

• Convertir la escalera en una especie de mueble donde pasan cosas, dándole el protagonismo y la presencia que merece dada su ubicación, en ese espacio central en doble altura.
• Cambiar la relación de la cocina con el comedor y la piscina.
• Cambiar la relación del interior con el exterior, mediante el gran ventanal con hojas correderas que comunica directamente el comedor con el jardín.

Las instalaciones de la vivienda también han sufrido transformación, con mayor atención la electricidad y la climatización, las cuales son completamente nuevas. Además, se han eliminado los dos termos eléctricos con los que contaba, para incorporar una bomba de calor para el agua caliente sanitaria, consiguiendo una mayor eficiencia energética con la intervención.